martes, 4 de febrero de 2014

Componentes y determinantes de la flexibilidad (2).

Continuando con el anterior post, Componentes y determinantes de la flexibilidad (1), hablaremos de los factores neurofisiológicos y extrínsecos que condicionan el entrenamiento y desarrollo de esta cualidad. A lo largo de este texto intentaremos explicar brevemente los componentes nerviosos que intervienen en la capacidad de elongación del músculo (el reflejo miotáctico o de estirámiento, el reflejo miotáctico inverso y el reflejo de inhibición recíproca), así como los principales condicionantes extrínsecos para el entrenamiento de la flexibilidad.

2. Factores neurofisilógicos.

Los factores y condicionantes neurofisiológicos van a intervenir exclusivamente sobre el componente muscular, con el objetivo de reducir el tono o tensión del músculo para facilitar su extensibilidad. Sobre los componentes ligamentosos ya se ha visto en la entrada anterior que los parámetros relevantes que permitirán mayor o menor elongación son principalemente la composición y comportamiento mecánico de los tejidos, así como la forma y disposición de las articulaciones. 

Los factores neurofisiológicos que van a intervenir sobre la capacidad de extensión del músculo son tres: el reflejo miotáctico, el reflejo miotáctico inverso y el reflejo de inhibición recíproca. 

2.1 Reflejo miotáctico.

Para comprender el funcionamiento de este reflejo debemos conocer los componentes neurales que participan en el funcionamiento del mismo.  En primer lugar, situado en el vientre muscular, contamos con un receptor de estructura compleja denominado huso neuromuscular, compuesto por fibras sensoriales y fibras motoras propias. Este receptor transmitirá información al sisteman nervioso de los cambios en el estiramiento del músculo. Cuando el músculo se estira de forma repentina, brusca o en exceso, el huso neuromuscular emitirá una señal a la médula, en donde se excitarán una serie de motoneuronas alfa que enviarán al músculo la orden de contraerse con el fin de evitar una posible rotura.


En la imagen, podemos apreciar como una fuerza genera un estiramiento repentino en el músculo, activando el huso neuromuscular, el cual envía esta información a la médula. Inmediatamente, se activa una motoneurona que estimula al músculo para contraerse. 

Sin embargo, si se mantiene una posición de estiramiento con la tensión necesaria como para activar el reflejo miotáctico, la señal del huso neuromuscular se va adaptando, produciéndose una inhibición de este mecanismo y se va a reducir el tono muscular. De esta forma, se conseguirá ganar capacidad de deformación del músculo y, en consecuencia, aumento de la capacidad de estiramiento.

Para producir la inhibición del reflejo miotáctico, es necesario mantener la posición de estiramiento entre 6-8 segundos, ya que este es el tiempo mínimo de adaptación del receptor nervioso. En consecuencia, estirar menos de este tiempo no aporta ningún efecto para la reducción de la tensión que aporta el sistema muscular cuando es factor limitante de la movilidad (Bandy, Iron y Briggle, 1997).

2.2. El reflejo miotáctico inverso.


En este caso, el receptor nervioso que informará al Sistema Nervioso Central de la situación del músculo se encuentra en el tendón y se denomina órgano tendinoso de Golgi (OTG). Cuando aumenta la tracción que el músculo ejerce sobre el tendón, bien por una contracción excesiva o por un estiramiento prolongado. Cuando esto ocurre, el OTG envía información a la médula inhibiendo por vía refleja la motoneurona alfa encargada de la contracción, logrando una relajación del músculo ganado así mayor capacidad de elongación. 


Este mecanismo necesita un tiempo de adaptación de al menos unos 6-8 segundos para entrar en funcionamiento.

2.3. Reflejo de Inhibición Recíproca.

Este es el mecanismo más sencillo. Cuando un músculo se contrae (agonista), el músculo contrario (antagonista), se relaja (inhibe) para permitirle el movimiento. Este fenómeno se denomina inhibición recíproca y ocurre en todos los movimientos. Por este motivo, cuando estamos estirando si contraemos el músculo contrario, conseguiremos mayor relajación en el músculo que pretendemos elongar.  

3. Factores externos.

Estos son el sexo (las mujeres tienen menor masa muscular, menor stiffnes muscular y mayor laxitud ligamentosa), la edad (puesto que esta cualidad física involuciona desde el nacimiento, pero sobretodo a partir de los 10-12 años), la hora del día (por la mañana el músculo se deforma menos), y por su puesto la temperatura externa e interna (con mayor temperatura, mayor capacidad de elongación).

En próximas publicaciones expondremos los métodos propuestos por diferentes estudios como los más adecuados para el desarrollo de la flexibilidad, una cualidad que cada vez es más y más determinante en el TKD.






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